División de Acústica Forense de la Policía Federal Argentina
Esta unidad depende del Departamento de Identificaciones Personales.
La División de Acústica Forense de la Policía Federal Argentina – que depende del Departamento de Identificaciones Personales – fue recientemente reestructurada para constituir equipos de investigación forense de datos dactilares y resonancias de voces que permitan el esclarecimiento de delitos e identificación de personas.
NoticiasJudiciales.INFO reproduce texto difundido por la Secretaría de Comunicación Pública –Presidencia de la Nación -:
“La división de acústica forense que presta servicios para la policía federal científica fue reestructurada hace unos meses a fin de constituir equipos de investigación forense de datos dactilares y resonancias de voces que permitan el esclarecimiento de delitos e identificación de personas.
La policía científica es actualmente uno de los pilares de la lucha contra la inseguridad que libran las fuerzas federales como política nacional.
La recién formada sección Acústica Forense, que depende del Departamento de Identificaciones Personales, venía funcionando como gabinete de voz de la División de Escopometría desde 1997.
Ahí se realizan pericias de identificación de las voces solicitadas por los juzgados, se descubre si un material está o no editado, y con la autorización de la Dirección de Registro de Base de Datos se construye un banco de voces, hoy sólo hecho para causas periciales, pero con la idea de ampliarlo.
La licenciada en fonoaudiología Pachamé trabaja en la institución desde 2006, y procesa el material que le prepara una licenciada en física y matemáticas, como en su momento lo hacían ingenieros. A partir de ahí coteja las similitudes en el trato vocal.
"Medimos las dimensiones y formas de los resonadores de las personas, porque no son fáciles de modificar. Hay sólo pequeñas modificaciones que se llaman interhablantes y no superan un 5%. Entre personas varían más y aunque fueran similares en su aspecto físico, nunca tendrán la misma dimensión, por diferencias respecto del paladar, de la tensión de la lengua y funcionamiento de su trato bucal", dice, aunque aclara que no se analiza el tono en el que se habla, porque puede cambiar según el ánimo.
"Hemos tenido varios casos de renombre, trabajé muchísimo para la división antisecuestros con este método en la época de los secuestros extorsivos en el 2004/2006. Se hizo un agrupamiento de causas porque había muchos involucrados en bandas similares", responde ante una consulta.
Menciona como una de las más relevantes la causa de la narcomodelo San Clemente Valencia, para la que en principio buscó cotejarle la voz en un video de youtube reconocido como propio por ella, contra una grabación que había enviado el juzgado. Y se hizo ante la negativa que hacer un cuerpo de voz, aunque después accedió y pudo ser cotejada por las dos vías: se compararon las formantes que son los puntos de mayor resonancia en nuestro trato vocal. Nuestra voz genera lo que se llaman armónicos, que van a ser más o menos reforzados en relación a la forma que tengan nuestras cavidades de resonancia. El hueso maxilar, de la frente, el poroso, genera que se amplifiquen determinadas frecuencias y no otras. En las imágenes podemos ver en forma de líneas las formantes y las comparamos con otra voz, para ver si están a la misma altura. Puede ser indúbita, o sea que la conocemos, cotejada con una dúbita, que desconocemos, explica
Subraya que como se mide el tamaño de las cavidades de resonancia, el método no falla, lo mismo que sucede con la huella dactilar, que es una disciplina biométrica estática, donde se ve una imagen nada más. Así, la marcha, la escritura, la firma son biomertrías dinámicas, con el sistema en constante movimiento y hay que ver en él las adaptaciones que se producen, en este caso articulatorio.
La científica que le provee el material ya controlado se llama Vanesa Viñas, y es licenciada en física y matemáticas. Junto con las fonoaudiólogas Castro y Pachamé, trabajan en acústica forense. Particularmente su función es verificar si un material ha sido o no editado, y cuando se determina que no lo fue, evaluarlo y dejarlo en las mejores condiciones para que pueda hacerse el cotejo de las voces.
En los equipos hay un laboratorio de acústica donde se pueden limpiar sonidos de fondo y permitir, esto que explicaba la licenciada Pachamé, que cuando se hacen los cotejos puedan evaluar en las cavidades de resonancia de las personas. Las que permiten identificar están en lo que se conoce como tercera y cuarta formante, que son frecuencias altas y no todas las muestras se tienen en un principio en condiciones, de lo cual me encargo para que ellas puedan hacer la identificación sin tocar el contenido de la conversación. Además no todo material es apto. Porque si tiene mucho ruido de fondo o menos de 16 segundos de hablar en forma continua del locutor al que hay que identificar, se determina que no está apto y no se puede periciar.
Viñas aclara que el trabajo qeu hacen es independiente del idioma o modismos de las personas, como los cantitos o si habla en inglés, chino o guaraní, nos ha sucedido de gente que hablaba guaraní, pero perfectamente habían tenido diálogos en español, y cuando se hace la toma de cuerpo de voz, sesiones en las que se hace hablar de manera fluida a las personas en un cuarto que tenemos preparado en la dependencia, utilizamos el registro acústico para un cotejo de voces.
Cuando vinieron a hacer el cotejo de voz con consentimiento hablaba guaraní -cuenta- entonces, pusimos un traductor y la pericia se hizo perfectamente porque prescinde del idioma o del cantito. Y dio positivo. También se hizo pericias con gente que habla chino, que aunque es complicado se puede hacer. No sólo vemos un patrón acústico, sino que a través de él tenemos el indicio de cómo son las cavidades resonantes de cada tracto vocal. Cada uno tiene el suyo y es inimitable.
Muchas veces hay peritos de parte o gente que trabaja en esto que toma, lo perfeccionan, como el tono, la cadencia, que son perfectamente imitables, pero lo espectográfico al evaluarse estas resonancias de cada persona es imposible de imitar y es mayor su peso legal que si uno de quedara con lo perceptual.
Admite que un imitador puede manejar la primera y segunda formante de lo que nosotros vemos en el espectro: qué se está diciendo y cómo se dice. La tercera, cuarta y en algunos casos quinta cavidad donde se genera esta resonancia nos informa fehacientemente quién lo dice.
"Nos ha pasado un caso particular, no de identificar por los sonidos del fondo, que nunca tuvimos un pedido en una causa judicial, pero sí cuando una vez se nos pidió saber si un material había sido editado, la persona que llevaba el microcasete o el soporte donde se grababa lo tenía en un bolso o una campera, porque se escuchaban cierres, giros, y algo que nos llamó la atención era como un teléfono vibrando. Desconocíamos cuál era el soporte original, porque como nos habían dado un CD puesto en un grabador o teléfono celular, fue posible determinar que no había sido en esta última opción, porque se encontraba al lado de un grabador, se pudo captar la frecuencia de las bobinas con la de la línea telefónica, lo cual se informó a la causa para complementar el pedido con un dato de relevancia, narra como anécdota.
Caso Migliore
En el caso del futbolista Pablo Migliore, cuenta que les pidieron que analizaran una voz que estaba en una conversación y que no sabían de quién se trataba pero como en los pasillos se comentaba que era la del entonces arquero de San Lorenzo, y es posible identificar todo aquello en lo que haya voz, al no necesitarse que esté en un casete, o una llamada de teléfono, sino que puede ser un video, buscaron en internet una entrevista que le habían hecho a Migliore, se extrajo el audio y se lo cotejó con el material que nos habían traído para peritar y efectivamente era él.
Por su parte, la encargada del cento de cómputos de huellas dactilares, Andrea Mónica Obreoso, describió tres etapas para ingresar una ficha: primero con una carga de datos biométricos, que consta de las huellas dactilares, el nombre y otros datos de la identidad y si es posible la foto. Una vez cargados los datos biométricos, la ficha pasa por una primera etapa, que es la de control de calidad. Lo que hace es mejorar la imagen en cuestión de contraste para que el operador, en caso de necesitarlo, pueda diferenciar mejor la imagen de la huella. El sistema requiere 20 puntos característicos como mínimo para que esa ficha pueda ser comparada contra la base de datos. Por las dudas si al sistema le falta un punto característico la va a traer para que nosotros agregarlo. Una vez hecho y mejorada la calidad del contraste y todo lo que sea necesario, esa ficha se acepta y pasa a la base de datos para ser archivada.
Especifica que si luego la persona en cuestión vuelve a ingresar su huella por trámites o cualquier otra causa, el sistema arma un mapa de esa huella con los puntos característicos marcados. Como la huella está formada por líneas, en un punto se interrumpen y definen un punto característico, que varían entre una persona y otra. Una vez codificados, se arman en la ficha en forma de mapa, que por superposición de imágenes se compara cada vez que es requerido para establecer el número de coincidencias. Cuantas mayores son, más puntaje les corresponde, con lo cual el sistema arma una lista de candidatos, entre los más y menos probables, según las escalas. El operador, que es el último paso en el circuito, decide en último caso si se corresponden o no con la misma persona.
Sostiene que pueden trabajar con una huella dactilar o con una fracción de huella, para lo cual necesitamos que tenga los puntos característicos. Abarcamos todo lo que es delito, en un archivo penal, y también con un archivo civil, que nos sirve de apoyo en los casos por ejemplo de personas extraviadas o de catástrofes, como sucedió en el accidente ferroviario de Once, donde la información requerida para las identificaciones es rápida y urgente. Nuestro sistema rico en la parte civil nos permitió establecer la identidad de esa gente”.