Comienza el juicio por el homicidio del joven Matías Bragagnolo
Se juzgará a dos jóvenes y al policía Luis Oscar Villegas por la muerte registrada en el mes de abril de 2006
El Ministerio Público Fiscal de la Nación –MPFN- informó que el día 13 de junio de 2014 comienza el juicio oral y público correspondiente a la causa iniciada a raíz del homicidio del joven Matías Bragagnolo. Se juzgará a dos jóvenes y al policía Luis Oscar Villegas por la muerte registrada en el mes de abril de 2006.
noticiasjudiciales.info reproduce texto difundido por el MPFN:
“Dos jóvenes y el policía Luis Oscar Villegas serán juzgados ante el Tribunal Oral de Menores por la muerte del chico de 16 años, ocurrida en el barrio de Palermo en abril de 2006. Por parte del Ministerio Público, intervendrá la fiscal General Patricia Quirno Costa. Está previsto que las audiencias se celebren los viernes de junio, julio y agosto.
Este viernes 13 de junio, tendrá lugar la primera audiencia del juicio que se sigue contra dos jóvenes y el policía Luis Oscar Villegas por el homicidio de Matías Bragagnolo, ocurrido el 9 de abril de 2006 en el barrio porteño de Palermo. El resto de las audiencias están planeadas para los viernes de junio, julio y agosto ante el Tribunal Oral de Menores de la Ciudad. En representación del Ministerio Público, intervendrá la titular de la Fiscalía General N° 3 del fuero, Patricia Quirno Costa.
Los dos jóvenes llegan al juicio acusados de homicidio preterintencional en carácter de coautores. Este delito tiene lugar cuando el agresor actúa con la intención de provocar lesiones a otra persona, con un medio idóneo para ello, pero finalmente le provoca la muerte. De esta manera, se analiza la intención -que no es la de matar- y el medio -que no debía razonablemente ocasionar la muerte-. La pena va de tres a seis años de prisión.
Por su parte, el oficial Villegas está imputado por el delito de vejaciones en concurso ideal con el de violación de los deberes de funcionario público, en orden a los cuales deberá responder a título de autor.
Los hechos
En la madrugada del 9 de abril de 2006, la víctima junto a dos amigos fueron hacia un kiosco ubicado en el barrio de Palermo. Cuando se estaban por ir del lugar, otro grupo de jóvenes también se acercó hacia el local. Entre ellos, se encontraban los dos imputados. Sin mediar ningún tipo de agresión ni intercambio de palabras por parte de la víctima, uno de los acusados le pegó un “fuerte golpe de puño desde atrás en la zona auricular derecha” a Matías. A partir de ese momento, se originó “un intercambio de golpes entre ambos, a raíz del que fueron desplazándose en dirección a la Avenida Figueroa Alcorta”. En ese momento, el otro acusado golpeó a la víctima con un golpe de puño en el rostro, “causándole una equimosis violácea de 1,5 cm x 1cm, con edema subyacente en el tercio externo del párpado inferior derecho”, se describe en el requerimiento de elevación a juicio.
Esas agresiones, pero en especial el primer golpe, “ocasionaron una rápida rotación angular de la cabeza de Matías Bragagnolo a nivel de la unión cérvico-encefálica que distorsionó la arquitectura cerebral dentro de la caja craneana, provocando un edema encefálico difuso, generalizado a ambos hemisferios”.
Cuando Matías y sus amigos lograron huir, los agresores comenzaron a arrojarles piedras. Una de ellas impactó en la cabeza de la víctima. Luego de eso, los tres pudieron ingresar al edificio del cual habían salido simplemente para comprar bebidas.
En el escrito del fiscal que instruyó la causa, también se explica que “los signos y síntomas físicos que evidenció [la víctima] durante la corrida y al ingresar al inmueble, confirman que el edema traumático desencadenado por la riña mantenida en la vía pública momentos antes, iba en progreso, generando secundariamente una hipoxia encefálica por la compresión de los vasos sanguíneos, estableciéndose de esa forma un círculo vicioso de aumento incesante”.
Mientras los tres chicos iban hacia los ascensores, vieron aparecer al grupo del que habían logrado escapar junto al agente de la Policía Federal Luis Oscar Villegas, quien se encontraba cumpliendo con tareas de prevención en el “Museo Renault”. Villegas relató que fue hacia el edificio luego de que el grupo agresor le dijera, sin ningún tipo de detalle sobre el hecho, que la víctima y sus amigos les habían robado un celular.
El oficial obligó al vigilador del edificio a que lo dejara ingresar. Fue así que Villegas, junto a varios de los agresores, se dirigió hacia donde estaban los tres chicos. De esta manera, “abusando de sus funciones, ordenó a [la víctima] a que se tirara al piso al tiempo que lo tomó del brazo y lo empujó, colocándose el joven boca abajo, con los brazos estirados y las piernas abiertas, ocasión en la que el uniformado le aplicó varios puntapiés en distintas zonas del cuerpo, luego de lo cual le revisó los bolsillos, de donde le extrajo un teléfono celular y un juego de llaves”, describió el representante del Ministerio Público.
Matías ahora también era víctima de violencia institucional. En ese momento, ingresó al edificio el primer joven que lo había golpeado, que le había dicho a Villegas que era la víctima del robo. El agente le preguntó si el teléfono que le había quitado a Bragagnolo era suyo, pero el agresor contestó que no, “sin explicar ni aclarar nada acerca de lo sucedido”. A continuación, Villegas reintegró las pertenencias a la víctima y luego le ordenó que se pusiera de pie, “tras lo cual lo tomó del cuello y le indicó que lo debería acompañar a la Comisaría toda vez que el otro joven iba a radicar la denuncia, lo que finalmente no ocurrió”, relata el fiscal.
Finalmente, durante el trayecto hacia la puerta de salida, como los síntomas de descompensación de Matías se iban acentuando, al llegar frente al escritorio del empleado de seguridad se aferró del mismo y se fue deslizando hasta caer de rodillas al suelo y luego de espaldas. Allí, Villegas, junto a lo agresores, abandonas el edificio. El oficial no sólo no documentó en actas el procedimiento por los presuntos hechos que motivaron su intervención, sino que tampoco dio cuenta de lo ocurrido a sus superiores, “omitiendo se esa forma cumplir con los deberes propios de las funciones que revestía”, se lee en el escrito de elevación a juicio.
Mientras tanto, Matías continuaba en el piso desvanecido. Para cuando arribó una ambulancia del SAME, el médico sólo pudo constatar el fallecimiento de la víctima”.