Poder Judicial porteño: Logros y desafíos
Por Francisco Quintana - Presidente del Consejo de la Magistratura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -
Los porteños contamos con un Poder Judicial modelo por su independencia, imparcialidad y transparencia en su funcionamiento. El de la Ciudad de Buenos Aires es un Poder Judicial joven, moderno, que cuenta con programas que buscan garantizar el acceso a la Justicia a todos los ciudadanos.
El Poder Judicial porteño arrancó hace varios años un cambio de paradigma tecnológico que se vio indefectiblemente acelerado por la pandemia. El uso de la virtualidad en diferentes instancias procesales, la digitalización de las causas, la firma electrónica y la incorporación de diversos canales para facilitar el acceso a la Justicia son herramientas que, en definitiva, acercan la Justicia al ciudadano.
En este contexto, presidir el Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires es un honor y una enorme responsabilidad. Un Consejo de la Magistratura que cuenta con competencias que lo asemejan más al órgano nacional que al del resto de las provincias. Es que además de tener facultades de selección - como ocurre en la totalidad de los órganos provinciales - tiene facultades de administración y de disciplina. Es decir, el Consejo de la Magistratura de la Ciudad tiene la responsabilidad no solo de seleccionar a los mejores, a los más idóneos para ejercer el servicio de justicia, sino también de administrar todo el Poder Judicial local.
El proceso de selección de magistrados en la Ciudad de Buenos Aires tiene una incidencia del poder político sumamente baja. La Comisión de Selección está integrada por tres miembros: un representante de los magistrados, un representante de los abogados y un representante de la Legislatura. Y a diferencia de lo que sucede en otras provincias, el Poder Ejecutivo no tiene participación - directa ni indirecta - en ninguna instancia. Mientras que la participación del Poder Legislativo se limita, durante el proceso, a aprobar o rechazar el pliego enviado por el Consejo de la Magistratura. En este sentido, en comparación con otros órganos - provinciales y el nacional -, el del Consejo de la Magistratura porteño es un modelo virtuoso que acota claramente la injerencia del poder político.
Con respecto al funcionamiento de la Comisión de Disciplina - que también está integrada por un representante de cada estamento -, recibe denuncias no solo de magistrados sino también de funcionarios y empleados. De iniciarse el proceso a partir de la existencia de elementos que así lo concluyen es, previa defensa del acusado, posteriormente elevado al plenario con una recomendación de acción.
Ante este presente de un Poder Judicial local que busca de forma constante perfeccionarse en su funcionamiento y cercanía con el vecino, es el deseo de quienes formamos parte de este poder del Estado recibir las transferencias de competencias aún pendientes. Eso implicaría mayor responsabilidad pero significaría, principalmente, igualar a la Ciudad de Buenos Aires al resto de las jurisdicciones en materia de autonomía a través del cumplimiento de una manda constitucional. Y debería traducirse, de cara a los porteños, en una Justicia más ágil, más eficaz y más cercana.